miércoles, 23 de junio de 2010

respirar la libertad


Despues de la tormenta siempre llega la calma, muchas veces cuando estamos en el ojo del huracán no somos capaces de ver más allá de ese preciso momento en el que todo parece lejos, dificil y lo positivo solo tiene su base en aquello medianamente razonable en una vida.

Muchas veces nos cuesta ver más allá de el día siguiente, si esto es asi ¿Cómo vamos a ser capaces de ver más allá de nosotros mismos? la vida da muchas vueltas y muchas veces nos damos cuenta tarde las cosas, recitifica es de sabios, dice un dicho. Muchas veces de ese modo nuestro error se compensa y asi no solo ayuda a que en nuestra persona la proxima vez nos demos cuenta de ese error antes de cometerlo si no que tambien nos ayuda a sentir otro tipo de sentimiento, el perdon, el reconocimiento, la aceptacion por aquellos que no solemos valorar, aquel sentimiento que no solemos tener, volviendose asi una sensacion buena, sin más, buena siendo este el adjetivo más sencillo y muchas veces más dificil de relacionar.

Hay cosas buenas, y desde pequeños nos han enseñado a diferenciar lo bueno de lo malo, pero una vez en la vida, formando parte de esta gran historia mundial a la que pertenecemos, a veces, las decisiones se toman de un modo tan rápido que lo bueno deja de tener su sentido confundiendose con lo malo, o al menos con lo no correcto.

Pienso que la libertad, al igual que la felicidad tiene un principio muy cercano a su fin, y esta pequeña distancia hace que una vez que la cruzas, dentro de su magnificencia, la vida pierda parte de su significado. ¿Quién es hoy en día una persona libre? Aquella que no tiene ataduras, ¿relamente se considera aquella persona que hace lo que quiere cuando quiere libre? No es cierto, más bien esa libertad le hace por el contrario estar atada a cosas, probablemente materiales para hacer suya esa libertad, para demostrar al mundo que no tiene que dar a nadie cuentas de nada, problablemente esa persona será mucho menos libre que aquella que rectamente hace lo que esta bien en cada momento, sin evitar tener un punto de rebeldia en su vida. La rebeldia no es libertad, es querer enseñar a los demas tu libertad, estando por ello atado a sus opiniones, a sus reacciones.

Con la felicidad ocurre lo mismo, una vez que su fina barrera se cruza, ya no valora la felicidad. La felicidad es dar un valor especial a cada dia, ver la cosas pequeñas grandes, tragarte las palabras de vez en cuando, valorar un pequeño gesto o afecto, que haga sol o que llueva estando en casa, mirar la estrellas o una simple llamada. Muchas veces abusamos del poder que tiene la felicidad sobre nosotros, y una vez fuera, todo lo que parecia antes bueno una vez más no lo es.

Lo malo por tanto es abuso, todo aquello que se pasa de lo normal no es bueno, la virtud se encuentra en el termino medio, dice otro dicho. Por ello es importante mantener intacto los principios y valores que se forman con la edad, muchos de los cuales heredamos de nuestros padres, de su sabiduria y guardarlos como un tesoro. Aún así vuelvo a repetir, un poco de rebeldia en la vida nunca hace daño, un poco.

M.G.A

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